LA SEDUCCION DE LO INCIERTO

dice Lao Tse que cuando mencionas el Tao ese no es el verdadero Tao... La verdad sigue el mismo principio, cuando supones que finalmente la tienes entre tus manos se te filtra fácilmente entre los dedos como el agua... El pensar está lleno de trampas y nuestra herramienta central, el lenguaje, es precario, insuficiente... Por eso son los poetas y los artistas los que mejor consiguen acercarse a la esquiva Verdad, percibir sus destellos y compartirlos con nosotros... Los artistas son seres lúdicos, homo ludens, magos hábiles en la seducción de lo incierto, lo indecible..

viernes, 19 de noviembre de 2010

RESPETABILIDAD DE LA DUDA


La duda es el mayor enemigo de los lideres de toda institución o credo, y en parte es razonable (desde su ángulo) que así sea dado que ninguna verdad puede ser suficientemente probada, lo que viene a significar que ninguna creencia ni axioma tiene el respaldo necesario para erigirse como sostén de nuestra ética ni de nuestro modo de ver y encarar la vida. Todos los sólidos edificios del saber desde la lógica aristotélica hasta la cosmología kantiana-newtoniana cayeron en pedazos como destruidos por un terremoto que no deja casi rastros. La duda es la sustancia del pensamiento de Cioran; para él las ideas que produce nuestro peregrino cerebro deberían estar en permanente cuarentena: “No deberíamos hablar más que de sensaciones y de visiones: nunca de ideas –pues ellas no emanan de nuestras entrañas ni son nunca verdaderamente nuestras.” Y en el capítulo “Taras” de Ese Maldito Yo apunta: “Cuando se ha salido del círculo de errores y de elusiones en el interior del cual se desarrollan los actos, tomar posición es casi imposible. Se necesita un mínimo de estupidez para todo, para afirmar e incluso para negar”.
La duda se parece al dolor que emerge súbitamente en nuestro cuerpo para indicarnos que algo no funciona correctamente. Los leprosos que no sienten la alarma del lacerante dolor suelen perder dedos y partes del cuerpo sin percatarse. ¿Qué hubiera pasado si los alemanes, superando sus miserias de aquel tiempo, hubieran puesto en duda las promesas paradisíacas de Hitler? Sabemos que nuestro cerebro no está bien preparado para un rendimiento objetivo. No es apto para el discernimiento ni para los procesos de análisis prolongados y en seguida va al terreno de las decisiones concluyentes, expulsando todos aquellos datos que conspiran contra el axioma cómodo.
Sin duda el príncipe de la duda es Hamlet. Harold Bloom dice: “Hamlet tiene muchos enigmas; tendremos que seguir develándolos, tal como los místicos y teólogos continuaran exponiendo los misterios de Dios.
" Morir…, dormir; no más! ¡Y pensar que con un sueño damos fin al pesar del corazón y a los mil naturales conflictos que constituyen la herencia de la carne! ¡He aquí un término devotamente apetecible! ¡Morir…, dormir! ¡Dormir!… ¡Tal vez soñar! ¡Sí, ahí está el obstáculo! ¡Porque es forzoso que nos detenga el considerar qué sueños pueden sobrevenir en aquel sueño de la muerte, cuando nos hayamos librado del torbellino de la vida! ¡He aquí la reflexión que da existencia tan larga al infortunio! Porque ¿quién aguantaría los ultrajes y desdenes del mundo, la injuria del opresor, la afrenta del soberbio, las congojas del amor desairado, las tardanzas de la justicia, las insolencias del poder y las vejaciones que el paciente mérito recibe del hombre indigno, cuando uno mismo podría procurar su reposo con un simple estilete? ¿Quién querría llevar tan duras cargas, gemir y sudar bajo el peso de una vida afanosa, si no fuera por el temor de un algo, después de la muerte, esa ignorada región cuyos confines no vuelve a traspasar viajero alguno, temor que confunde nuestra voluntad y nos impulsa a soportar aquellos males que nos afligen, antes que lanzarnos a otros que desconocemos? "

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Lo que uno piensa es casi siempre falso, lo que uno sabe es cierto

Krishnamurti decía que no necesitamos líderes, ni gurus, ni guias religiosos, ni jefes de ningún tipo. Más o menos lo mismo prescribe ese libro de la sabiduría universal que es el TAO TE CHING. ¿Entonces por qué tenemos tan extendida esa red parasitaria de individuos que pretenden arreglar nuestros asuntos económicos, familiares, espirituales y sociales y que lo único que hacen es sacar provecho personal de su gestión sin darnos ninguna solución adecuada? El hecho misterioso es que la respuesta a nuestros problemas está en nosotros mismos. Como apuntaba Oskar Heinroth. "Lo que uno piensa es casi siempre falso, lo que uno sabe es cierto".  Lo que viene a significar que una vez superadas las capas superficiales de nuestros implantes, toda esa serie de conocimientos y creencias inútiles que la sociedad nos ha incrustado en el cerebro, allí en la zona intima del ser -nuestro genuino ser: lo que somos en última instancia- allí precisamente se encuentra lo que sabemos y ese saber es la respuesta a los interrogantes de la existencia. ¿Por qué no usamos ese maravilloso paquete de recursos con el que contamos para enfrentar las diversas alternativas y problemáticas de nuestra vida?. Es que nos han entrenado para evitar a toda costa nuestro ser genuino, que es autosuficiente y no necesita de consejeros externos que le recomienden que hacer a cada paso. En nosotros mismos mora el auténtico saber, pero hay que quitar primero todos esos implantes inútiles que nos impiden acceder a él. Se trata de un proceso de desaprender para realmente "saber"; un proceso que algunos designan como de "recordar". A veces tardamos toda una vida en descubrir nuestra sabiduría interior, nuestra vasta "biblioteca" de la Vida. Pero una vez que la descubrimos podemos prescindir perfectamente de los gurus, los jefes, los líderes. Nosotros somos nuestro propio maestro. Ese es el gran secreto.