LA SEDUCCION DE LO INCIERTO

dice Lao Tse que cuando mencionas el Tao ese no es el verdadero Tao... La verdad sigue el mismo principio, cuando supones que finalmente la tienes entre tus manos se te filtra fácilmente entre los dedos como el agua... El pensar está lleno de trampas y nuestra herramienta central, el lenguaje, es precario, insuficiente... Por eso son los poetas y los artistas los que mejor consiguen acercarse a la esquiva Verdad, percibir sus destellos y compartirlos con nosotros... Los artistas son seres lúdicos, homo ludens, magos hábiles en la seducción de lo incierto, lo indecible..

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Lo que uno piensa es casi siempre falso, lo que uno sabe es cierto

Krishnamurti decía que no necesitamos líderes, ni gurus, ni guias religiosos, ni jefes de ningún tipo. Más o menos lo mismo prescribe ese libro de la sabiduría universal que es el TAO TE CHING. ¿Entonces por qué tenemos tan extendida esa red parasitaria de individuos que pretenden arreglar nuestros asuntos económicos, familiares, espirituales y sociales y que lo único que hacen es sacar provecho personal de su gestión sin darnos ninguna solución adecuada? El hecho misterioso es que la respuesta a nuestros problemas está en nosotros mismos. Como apuntaba Oskar Heinroth. "Lo que uno piensa es casi siempre falso, lo que uno sabe es cierto".  Lo que viene a significar que una vez superadas las capas superficiales de nuestros implantes, toda esa serie de conocimientos y creencias inútiles que la sociedad nos ha incrustado en el cerebro, allí en la zona intima del ser -nuestro genuino ser: lo que somos en última instancia- allí precisamente se encuentra lo que sabemos y ese saber es la respuesta a los interrogantes de la existencia. ¿Por qué no usamos ese maravilloso paquete de recursos con el que contamos para enfrentar las diversas alternativas y problemáticas de nuestra vida?. Es que nos han entrenado para evitar a toda costa nuestro ser genuino, que es autosuficiente y no necesita de consejeros externos que le recomienden que hacer a cada paso. En nosotros mismos mora el auténtico saber, pero hay que quitar primero todos esos implantes inútiles que nos impiden acceder a él. Se trata de un proceso de desaprender para realmente "saber"; un proceso que algunos designan como de "recordar". A veces tardamos toda una vida en descubrir nuestra sabiduría interior, nuestra vasta "biblioteca" de la Vida. Pero una vez que la descubrimos podemos prescindir perfectamente de los gurus, los jefes, los líderes. Nosotros somos nuestro propio maestro. Ese es el gran secreto.

2 comentarios:

  1. a lo largo de mi ejercicio de analista institucional he comprobado que el axioma “cuando el cadete anda mal hay que echar al gerente” se cumple inexorablemente. En realidad los directivos nunca admiten sus errores y siempre terminan echando al personal bajo su mando a quienes convierten en chivos expiatorios de la situación. Por eso la pregunta de que para que necesitamos jefes se entronca con las razonables dudas acerca del liderazgo que Krisnamurti ha planteado admirablemente. En el fondo pareciera que muchos de aquellos que buscan ejercer el liderazgo (de un partido político, un club de fútbol, una ong, un credo, etc.) están poseídos por una cierta necesidad de controlar a los demás que emerge de motivaciones diversas: probablemente de una cierta impotencia, una voluntad escasa y que a través del mando dicta a los demás lo que a ellos mismos les cuesta cumplir. Puede que de ese modo esperen superar su propia debilidad y se proyectan como ejemplo para los otros pensando (algo ingenua o cínicamente) que el reflejo del espejo les devolverá a un hombre integro.

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  2. En “El Informe de Brodie” de Borges, la tribu de los Yahoo esgrime una metodología cruenta para tener bajo control a sus mandatarios y hacerles cumplir con su función (lo que no pasa con nuestros dirigentes políticos que sólo actúan en su propio beneficio y el de sus “amigos”)... este cuento borgiano deviene una alegoría llena de siniestra ironía que no deja de recordarme al relato de Italo Calvino “La mutilación de los jefes”. Aquí sigue un fragmento del cuento de Borges:
    “La tribu está regida por un rey, cuyo poder es absoluto, pero sospecho que los que verdaderamente gobiernan son los cuatro hechiceros que lo asisten y que lo han elegido. Cada niño que nace está sujeto a un detenido examen; si presenta ciertos estigmas, que no me han sido revelados, es elevado a rey de los Yahoos. Acto continuo lo mutilan (he is gelded), le queman los ojos y le cortan las manos y los pies, para que el mundo no lo distraiga de la sabiduría. Vive confinado en una caverna, cuyo nombre es Alcázar (Qzr), en la que sólo pueden entrar los cuatro hechiceros y el par de esclavas que lo atienden y lo untan de estiércol. Si hay una guerra, los hechiceros lo sacan de la caverna; lo exhiben a la tribu para estimular su coraje y lo llevan, cargado sobre los hombros, a lo más recio del combate, a guisa de bandera o de talismán. En tales casos lo común es que muera inmediatamente bajo las piedras que le arrojan los hombres-monos.”

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